Hace poco meditando antes del examen de la olimpiada nacional de matemáticas, pensé en como desde que nacemos buscamos a una persona que nos guíe por el camino de la vida.
Pensando a que me dedicare, intento comprender porque seguimos en las mismas y se que algunos se molestaran en hacerles ver que en toda la historia humana, aun no avanzado nada. Lo único que avanzo es la ciencia y la tecnología pero seguimos siendo los mismos, temerosos, mezquinos.
Seguimos con las mismas preguntas de siempre, tratando de hallar las respuestas, en búsqueda de una frase o de confirmar lo que sabemos. Por eso aplique algunos métodos del zen, para liberarme de lo que creía verdadero para buscar una forma de comprender al mundo. Porque necesitas ver el mundo como es, porque prender la luz que alumbra tu vida no es un trabajo fácil y nadie lo puede hacer más que tú. Tienes que remitirte a navegar en el mundo, a caminar sin saber a donde acabaras. Nos equivocamos, lastimamos, somos heridos pero seguimos honrando al universo porque queremos entregarnos y formar parte de él. Y al final en algún punto de nuestra vida lo comprendemos y sabemos que solo necesitamos coraje para hacer las cosas para vivir. Porque todos somos capaces de lo que queremos, solo debemos creer en algo que no nos abandonara.
Y nos dejamos llevar por el torrente de acciones que es la vida y luchamos por lo que creemos y queremos. Y ese es el valor de nuestra vida. Por ello no es que debamos buscar la felicidad, sino la aventura, hay que creernos Ulises en busca de Ítaca o tal vez ser Don Quijote o tal vez nosotros mismos en nuestra propia historia. La aventura a lo desconocido donde solo necesitamos creer en algo para seguir adelante para ser nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario