Por quién doblan las campanas

Supongo dos cosas:

• Que aquellos que ya han leído la obra del mismo nombre de Hemingway entenderán de donde proviene la cita.
• Y lo segundo que si este será el mejor post que he hecho desde que comenzó el blog.

Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra.; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.

Decir en un momento que todos somos uno, que cada quién es lo que es por su prójimo es algo que actualmente no significa mucho.

Todos sin excepción en algún momento queremos que alguien tome la decisión por nosotros. Pronto, muy pronto, tal vez en este mismo momento habrá que decidir. Si, decidir seguir como sabiamente Sartre dijo que el hombre es aquello que decidió que debía ser o tratar de ser como los demás, un cobarde, un amargado, un insatisfecho.

Cuándo será el momento en que eligamos lo que queremos ser, es cada instante en que pensamos que es mejor aventurarse y no ser como los demás, sino ser nosotros mismos. Decidir ser lo que en verdad creemos que somos y no lo que otros dicen que somos, eventualmente entendemos que todo esto se resume en si queremos dar lo que somos (defectos y virtudes) por una idea o por alguien, lo que importa es el hecho no la intención. Días vendrán que los hombres entiendan que en ellos esta el poder de cambiar el mundo porque como Ende escribio nosotros mismos lo creamos con lo que en verdad anhelamos.

Dichosos sean aquellos que anhelan amar apasionadamente, disfrutar de la vida y compartir con los demás.

Recordemos entonces, amigos míos, los versos de Robert Frost que dicen

En un bosque se bifurcaron dos caminos y yo…,
yo tomé el menos transitado. Esto marcó toda la diferencia.