Bien y mal, la dualidad existente en los corazones humanos. El bien que arquetípicamente se relaciona con la luz, el mal que es relacionado con la oscuridad. La elevación del bien y las virtudes que lo propician y la extinción del mal, tan característico de la cultura occidental.
La victoria al final del bien, ¿es en verdad así el mundo?.
Todos en algún momento nos hemos planteado la pregunta. Las respuestas tan distintas como son los hombres entre sí. Este post indaga en mi respuesta a la cuestión más elemental de la ética y de los actos humanos.
Se diría que es relativamente fácil definir el bien puesto que es aquello que no causa daño a los demás ni a uno mismo, o dicho de otra forma es aquello que no es malo.
Y entonces emerge la pregunta ¿entonces es malo todo aquello que no entra en la categoría de bien?. Y una definición así lo contempla.
Pero usaré un argumento de Kant para demostrar que las anteriores definiciones son inválidas. Kant escribió que no se puede conocer el mundo a través de los sentidos porque la realidad en ocasiones no concuerda con lo que percibimos. Y tampoco se puede conocer al mundo por medio de la razón puesto que en vez de conocerlo sólo se le categoriza y se le ordena mas no se conoce.
Apliquemos lo anterior a las definiciones. El bien y el mal no pueden conocerse por medio de la razón ni por los sentidos porque son elementos del mundo. Lo que si podemos conocer son los actos que nosotros mismo realizamos pero al no tener como compararlos no es posible entonces definirlos puesto que para cada persona serían sus actos buenos.
Entonces como hacen las sociedades y las personas para definir el bien y el mal. La respuesta radica en el consenso, deseado o no, de lo que para algunos es el bien y el mal. El consenso es eso que obliga a los hombres sean iguales pero no lo son.
En mi particular opinión aquellos que esgrimen argumentos acerca del bien y sus virtudes se constituyen en jueces de los demás pero son aceptados por las sociedades porque hemos visto anteriormente que las personas al errar desean ser castigadas.
Entonces, después de tanto texto tal vez aun siga la duda de cual fue mi respuesta. Y me respondí a mí mismo.
Que en ocasiones el mal es el bien, el bien un mal y que en verdad lo que importa es el ser y no lo que lo motive. Se piden obras, hechos no ideas. Pero se vaga como dije anteriormente en una Noche Oscura. Que en verdad lo importante es ser uno mismo.
SOCA